El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) calificó de “alarmante” el incremento persistente de las violaciones a esos derechos en Cuba, que en abril registró un acrecentamiento cercano al 17% respecto al mes anterior.
“Las 112 violaciones a la libertad de expresión y de prensa registrada por ICLEP durante el pasado mes de abril solo reflejan la naturaleza criminal y totalitaria de una dictadura que no es capaz de soportar el más mínimo criterio disidente sin que lo reprima”, indicó Normando Hernández, director del instituto que tiene periodistas en varias provincias de la Isla.
Un informe recién publicado por el ICLEP precisa que “este repunte no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia estructural y planificada de represión sistemática que se intensifica a medida que el régimen enfrenta mayor cuestionamiento ciudadano”.
De acuerdo al reporte de la organización, la Seguridad del Estado participó en 67 hechos para limitar o suprimir la libertad de expresión, reunión, o participación política de la población, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en 56 y el sistema penitenciario en nueve.
“Tengo que destacar que, como en todos los meses, en abril, la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria son los dos principales brazos ejecutores del régimen para callar la verdad y algo muy vergonzoso es la cantidad de recursos que utilizan para perseguir y silenciar al criterio disidente, a pesar de todos los críticos problemas que el pueblo cubano está enfrentando cada día".
La entidad, que tiene su sede principal en Miami, compiló 55 detenciones arbitrarias, 33 ataques, amenazas y/o agresiones psicológicas, 14 usos abusivos del poder estatal, 4 restricciones en el espacio digital, 4 reclusiones y 2 agresiones físicas.
Asimismo, indicó que entre las víctimas hay 17 periodistas, ocho presos políticos, cuatro opositores, tres activistas y tres creadores de contenido para redes sociales.
Las violaciones se detectaron y verificaron en diez provincias, entre ellas Matanzas con 36, La Habana, con 32; Villa Clara, con 21; y Mayabeque con 7.
Entre las víctimas directas, 26 mujeres y 20 hombres, se identificaron 22 activistas, nueve periodistas, siete presos políticos, cuatro opositores, tres ciudadanos y un artista.
Las Damas de Blanco son uno de los principales objetivos del aparato represivo; varias de las miembros del movimiento fueron detenidas en cuatro ocasiones en abril, “con el fin de impedirles asistir a misa” a rezar por la libertad de los presos políticos.
También los opositores Ángel Moya en La Habana y Félix Navarro en Perico, Matanzas; sufrieron arrestos repetidos para impedir su asistencia a los oficios religiosos dominicales.
La líder de las Damas de Blanca Berta Soler y su esposo Ángel Moya fueron envueltos en un proceso de investigación penal acusados de “atentar contra el orden constitucional, la independencia y la soberanía de Cuba”, luego de que se reunieran con el jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana, Mike Hammer.
“Uno de los casos más crueles es el de la Dama de Blanco Sonia Álvarez”, a quien se le prohibió, en cuatro ocasiones, ver a su hija, la presa política Saily Navarro, por acudir a las visitas reglamentarias de la cárcel usando vestiduras blancas.
Según la compilación de ICLEP, dos organizaciones fueron blanco de los ataques del régimen: el propio ICLEP, “que recibió amenazas públicas desde un perfil falso en Facebook presuntamente de un ciberatacante acólito de la policía política y la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), cuya sede fue saqueada y su líder José Daniel Ferrer devuelto a la cárcel.
Asimismo, periodistas y directores de medios comunitarios del ICLEP fueron sometidos a vigilancia y amenazas de encarcelamiento si ejercían su trabajo en los días cercanos a las celebraciones del 1º de Mayo.
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